lunes, 29 de octubre de 2007

Mario Quintana

En Los Papeles del Sitio han publicado Puntos suspensivos, una antología bilingüe del brasileño Mario Quintana, poeta enorme e inmenso prosista. Y la traducción es de E. G.-M., que se abstiene de escribir un prólogo extenso (¡con lo bien que los hace!), para poner algunos textos seleccionados en prosa antes de los poemas. El libro es una delicia, en el texto portugués, en la traducción, en la propia forma, en la tipografía, las viñetas, el papel, en el diseño.
A mí me conmocionó este poema, algo distinto en tono a los demás, aunque con lo mejor de Quintana: sencillez, hondura, emoción. A este sólo le falta el punto de humor que tienen los demás, aunque no sé. Fijaos en los parecidos con aquel poema de Antonio Machado.

EL VIEJO DEL ESPEJO
Por azar, me sorprendo en el espejo: ¿quién es ése
tan viejo que me mira?
Sin embargo, su rostro... se vuelve cada vez menos extraño...
Dios mío, Dios mío, parece
mi padre, que murió.
¿Cómo puede mirarme de ese modo?
Ese mirar -duro- interroga:
"¿Qué has hecho tú de mí?"
¿Yo, Padre? Tú eres el que me ha invadido,
arruga a arruga, lentamente... Pero no importa, aún
soy aquel mismo niño temeroso de siempre
y han rodado por tierra, en fin, tus planes...
Un día sin embargo, vi -¡qué inútil, larga guerra!-,
vi sonreír en tus cansados ojos un orgullo triste...
Sobre el libro algo más aquí (con aforismos y un poema). Escasa la reseña de José Luis García Martín, aunque no está mal del todo.
Al que le sepa a poco el libro, tiene en el blog de E. G.-M. otras cosas de Quintana. Un poema traducido, esta vez por Martín López Vega, se puede leer aquí.
Y en portugués, debe de haber muchas cosas, por ejemplo aquí.

3 comentarios:

  1. El gusto de JMM es extraordinario. ;) y gracias a ambos.

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  2. Conheço de há pouco o seu blog, mas fico imensamente feliz pelo conteúdo. Que bom! Que beleza que traduziram Quintana, esse "anjo malaquias" da poesia brasileira. Uma "descoberta" minha ano passado foi a poesia de Miguel d'Ors, um achado. Era o tipo de poeta do qual eu andava necessitando. Um grande abraço e vida longa, João Filho.

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